Llevaba mucho tiempo sin escribir algo en este blog, la verdad es que ya tenía ganas de volver a utilizar esto como un cauce en el que plasmar mis ideas desde la más profunda de las libertades. En esta tarde fría de Enero me he decidido a hacerlo, y es que, en un año tan electoral como este, me gustaría poner de relieve la trascendencia de tales comicios.
La primera cita la tenemos en el mes de Mayo, el domingo 24 de ese mismo mes, los españoles estamos llamados a renovar a nuestros Alcaldes y en 13 comunidades, más Ceuta y Melilla, a sus presidentes Autonómicos. A nadie se le escapa que la irrupción en el tablero político español de formaciones nuevas puede hacer saltar por los aires, lo que esas mismas formaciones, denominan casta. Si todo sigue su curso, en Noviembre, tendremos Elecciones Generales, los españoles estaremos llamados pues, para renovar los 350 escaños del Congreso y los 264 senadores (Cámara bajo mi punto de vista inservible, hasta que no se la dote de un marco competencial más ambicioso o bien se elimine)
La trascendencia por tanto es máxima, y quiero manifestar por ello, la necesaria observancia de lo que hemos avanzado y la calamidad que supondría retroceder. España está de nuevo en marcha y bien merece que esa marcha siga a velocidad de crucero y sin sobresaltos. En este horizonte, nuestro iceberg llamado Podemos ha querido sacar los colores a los partidos tradicionales e intentar desde la algarabía y las malas artes su modo de llegar a la Moncloa. Sirvan estas líneas para mostrar mi más firme rechazo a esta formación política, tan nueva a la vez, pero tan anclada en el pasado como partidos que por suerte están ya casi fagocitados. Un partido que descalifica todo lo que no sean ellos y que se atreven a llamar a casta a toda una generación, que salvo alguna que otra excepción, ha construido la España que hoy tenemos. Hoy somos más plurales que ayer y esa pluralidad es con la que quieren acabar. Nunca, desde que tengo uso de razón, había visto tanta sed de venganza y tanta infamia en un partido político.
En este año electoral plagado de convocatorias nos jugamos mucho, y creo que es momento de dejar las revoluciones para las dictaduras y los discursos huecos de contenido para las Asambleas Podemitas.
Este año que dejamos atrás la Economía española creció en torno a un 1.3% y en el ejercicio anterior, la Seguridad Social contó con 417.000 afiliados más. Hemos tenido el mayor descenso de paro de la serie histórica desde el año 1996. Las previsiones para este año 2015 hablan de entre 550.000 y 600.000 afiliados más a la Seguridad Social y un crecimiento del PIB de en torno a un 2%.
Los españoles tienen hoy un futuro más seguro gracias a la senda reformista de este Gobierno. Este año de Elecciones es sin duda un año de bienes si los españoles vuelven a depositar su confianza en el Partido Popular. Es mucho lo que hemos avanzado y mucho lo que podemos perder si damos un paso atrás. No podemos dejarnos llevar por actitudes y personas que han hecho de la política un negocio. España está por encima de cualquier persona, España tiene más posibilidades que ningún otro País. El bien de nuestra Nación esta en juego y nuestra imagen internacional se puede ver seriamente dañada si no contamos de cara a las próximas Elecciones con un Gobierno fuerte, con una mayoría suficiente para llevar a cabo una tarea, colosal por otra parte, que es la de devolvernos a la senda del crecimiento económico y de la creación de empleo. En 3 años han sido muchos los esfuerzos de los españoles, pero retroceder ahora y ceder el Gobierno a la izquierda supondría un golpe en el corazón de nuestras aspiraciones más ambiciosas.
Entiendo el hastío del electorado y su enfado. Pero no se puede votar en caliente, ejerzamos nuestro derecho de sufragio, no desde el rencor ni desde la rabia, si no desde el convencimiento de que con ello estamos contribuyendo a construir la España del mañana. Este País tiene un gran futuro por delante y estoy convencido de que la crisis que tanto tiempo nos lleva pesando, será en muy poco tiempo un mal recuerdo.
Se ha demostrado que las políticas del Partido Popular son las que nos pueden sacar del atolladero en el que el Partido Socialista nos metió, y después de dejarnos en la cuneta no estoy dispuesto a que España vuelva a la UVI de la Unión Europa ni a la del FMI. Estoy convencido de que habrá que trabajar muy duro, pero el Partido Popular es la apuesta del futuro. La bajada de impuestos que entró en vigor a primeros de año, pone en el bolsillo de los españoles más dinero, y a poco que volvamos a crecer y a creas más empleo, otra bajada de impuestos sería el impulso decisivo para la economía de nuestros hogares.
Se habla mucho de cambio y regeneración, pero no podemos dejar que esas dos palabras nos nublen el sentido y nos hagan caer en lo que quieren que caigamos. No pudieron sacar a España de la crisis y no podrán con sus políticas tan antiguas como sin futuro. Hoy el mundo nos mira con respeto y seriedad, mientras que el partido que aspira al poder en Grecia es ya un quebradero de cabeza para el futuro de la Unión y desde Bruselas, su posible ascenso se mira conteniendo la respiración. El bipartidismo es la mejor manera de garantizar la estabilidad de un país. Con estabilidad lo tenemos todo, confianza exterior por una parte y crédito por otra. Sin estabilidad, simple y llanamente nos convertiremos en un país conformista, sin aspiraciones y totalmente hundido en el descrédito internacional.
Estoy convencido de que el año que empieza será finalmente el del afianzamiento de la recuperación, nuestro futuro está hoy más cierto que nunca y la historia nos corresponde escribirla a nosotros. Por ello, en cada convocatoria, en cada colegio, cuando estemos ante la papeleta que tenemos que depositar en la urna, valoremos la importancia de cada voto, pensemos que en países como los que defiende Podemos no se puede votar, y votemos con cabeza. La historia esta de parte del Partido Popular y este año estoy seguro que su victoria en las Elecciones será el impulso que necesitamos.